28.2.08


Desamparado el dedal esperaba sueños didácticos que lo sacudan de la imperiosa duda que lo invadía en ese momento. Quizás pedía demasiado, pero así es la vida de éstos célebres instrumentos. Esperar la tarde completa sin dejar ni un espacio siquiera para que el cansancio se instale: el instrumento realizando certeras danzas al solo efecto de asediar la esperanza. Ningún daño en su haber, todas las cicatrices de su cuerpo son ya de fábrica. Semejar la figura de su vida a la de un caracol en el jardín que en busca de cálidas hojas verdes amables por allí hurgue con todo el ardor que pone un buen detective en la elucidación del enigma. El espíritu afiebrado, el cuerpo no resistiendo apenas la intriga, él sólo un temblor de hojas sacudiéndose al viento. Disfrazar su miedo como un niño en su cuna para averiguar lo inaveriguable. Y siempre siempre el latido a flor de boca, como si tuviera un hambre tremenda y ya se estuviera acercando cansino a la cocina que se asombrosamente se encontraba perfectamente asoleada en la tarde de otoño.

14.2.08



El cuchillo se introduce con precisión en la espesura de una gelatina azul separándola en cuerpos deformes y temblantes. Cae luz sobre los trozos que están en la madera vieja y podrida que se encuentra junto a la pared húmeda haciendo que la misma brille con la fuerza del musgo apenas joven que hay en su superficie. El sentimiento nada mas es posible expresarlo en su límite, una burbuja flotando en el espacio sola que contiene en su interior difusa la señal de una esperanza a punto de morir. Lo cual podría llegar a tener (según la astucia puesta en la elaboración del relato) su significante o referente en la gelatina partida del cuarto musgoso; diríase que en algún lugar de todo lo descrito en las primeras líneas repito o reproduzco de alguna manera la imagen de la burbuja que flota en el espacio. Algo así como alguien en un concurso de alfombras persas o de gatos bengalíes que en el punto opaco de su transcurso dice o hace decir al locutor del evento que en cierto lugar hay o puede haber un talismán que convierta las penas o renazca el dolor. Que vale decir que el cuchillo cortagelatinas es un nuevo lugar de las costumbres literarias