18.8.06









Cuando no estás acá llego incluso a soñarte o más bien a dar tu personalidad a algún otro objeto, ya sea una silla o un peluche, con tal de no sentir tú ausencia o ese frío en la espalda que tanto mal me hace a veces casi siempre. Es en estas circunstancias y jamás en otras que me agarran unas ganas bárbaras de bailar zamacuecas por lo que pongo el winco a todo volumen y hago un espacio en el patio el cual verdaderamente ya estaba allí antes de que lo haga pero que ahora es mi espacio para bailar. Siempre siempre en estas circunstancias te tomo en la metamorfosis de turno y bailamos horas y hasta días, todo depende de la duración del long-play y el estado del tiempo en el patio, que la más de las veces es bueno pero que en otras pinta como para lluvia y tengo que armar el circo en el living lo cual causa gran dolor a la mesa y a los otros enseres de dicha habitación por la simple razón de que durante me encuentre bailando alegremente ellos se encontrarán en el exilio en el garaje o en algún otro país lejano, lo cual será fuente de tristezas también para los cerámicos y el empapelado del living, se sabe, por el alejamiento de los amigos. Invariablemente en estas circunstancias bailo y en las otras ya no, sea porque te encuentro a mi lado o no más porque me encuentro escribiendo estupideces como esta.

11.8.06

a














en ciertas horas tu mundo poético me aplasta
y soy por tus iconos apabullado
encerrado en laberintos o ríos de imágenes tuyas
obligado a quererte o llagarme
a concordar ejércitos de gerónimos bajo órdenes tuyas
a deshacer mi humor vítreo como nube de tormenta
como pie sobre la arena caliente
a escalar edificios donde gritar tu nombre
desanudarlo de mi garganta
y matarlo al viento