
Cada casa tiene una puerta
que está cerrada para nosotros.
Las casas de nuestro mañana
nacerán de este barro que hoy amasamos,
de este barro que mezclamos con paja
y que la mierda de nuestros caballos ha fermentado.
De toda esta podredumbre nacerán nuestras casas
y no tendrán puertas porque acá no hay árboles
ni carpinterías,
tendrán no más chapa y una cortina detrás
para ahuyentar el calor
y no habrá paredes porque no tenemos secretos.
Nuestros hijos nacerán no del amor
sino del goce natural y primitivo
en la cama que está junto a la mesa.
Sólo entrará en nuestra casa quien nosotros queramos.