20.9.05

corazón - cuento

Golpea en mi pecho y algo se lleva al alejar su mano. Me miro pero estoy igual, nada parece haber cambiado en mí, mas me siento hueco. Encima él, acaso por cobardía, tras el golpe inesperado huyó corriendo. Y en el dolor de ese golpe, de esa huida, el vacío en mí se va haciendo cada vez más grande.
Me digo entonces que todo esto es una tontería, que el que él se halla enojado por una cosa tan sin importancia habla mal de él, que no hay que tomarlo en serio. Me digo eso y también que el golpe había sido ladino, afeminado, y que en nada me había dañado, si no había dejado ni un moretón... pero por atrás de esas palabras, de ese discurso soso que a mí mismo me voy diciendo se esconde un miedo atroz, un miedo que va creciendo sin que yo lo quiera, un miedo que me dice que acaso él había robado mi corazón, y que por eso me sentía hueco.
Rápidamente a mi memoria acuden ciertos sanadores filipinos que habían tenido su fama televisiva por operar con las manos. Ellos hundían -en un golpe veloz y certero- sus manos entre las costillas de sus pacientes, y antes de que el paciente pudiera darse cuenta, retiraban sus manos con un pedazo de carne malo entre sus dedos, que según lo explicaban en la televisión era lo que la medicina tradicional llama un tumor. Aparece esa imagen en mi memoria y también -y casi al mismo tiempo- la de ciertos sacerdotes -creo que mayas- que en la América precolombina, al realizar sacrificios humanos también hundían sus manos en el pecho de quienes eran ofrendados a los dioses, pero que en vez de arrancar del cuerpo un pedazo de carne mala, quitaban el corazón, y ante la mirada vacía de quien se estaba muriendo, le mostraban lo que hasta hacía poco yacía en su interior, y que todavía latía. Todo eso aparece en mi mente, y el miedo es atroz, y el miedo cada vez es más grande.
Olvido mis palabras, esas que me distraían, y con mi mano derecha trato de ubicarme el pulso en la izquierda. Estoy muy nervioso, no lo encuentro, pruebo en el cuello, después donde sobre debía encontrarse el corazón. Nada. Ni sombra de latidos.
Me lanzo a correr detrás de él, que ya me lleva ventaja, que ya desapareció. Sin rumbo corro, hasta que ya las piernas no responden, hasta que los pulmones de tan agitados me causan convulsiones. Me detengo y vomito. Y entre mi vomito, entre mi impotencia, comienzo a llorar. He perdido mi corazón.

10 comentarios:

Jean Georges dijo...

ey, que yo lo vi a ese filipino. Lo acostaba a Jim Carey en una camilla, que en ese momento era Andy Kaufman, y le quitaba un pedazo de pollo, casi que un ala. Con sangre, lo vi sí. Qué bueno, sacando pollos por el huequito del ombligo.

Explorando dijo...

esa peli está buena, veramente

Gon dijo...

Kano VIVE!
(si no entendiste, te aclaro que es por un juego, si entendiste, te recomiendo que te des una vuelta por mi blog :P)

"Tengo un agujero donde antes tuve el corazon" esa frase siempre la repito, no se si la soñe o si es de una cancion, pero que buena es.

Saludos

Psicosputnik dijo...

A Pinocho le pusieron un corazon de fantasía, y contento sonrió.
Al hombre de hojalata un simple reloj, y un día decidió suicidarse cantando: reloooooojjjjj no marques las horas y tá, feneció.

Ligustrino Campana dijo...

Cuando el corazón se va, hay que darle también los pulmones e irse a vivir bajo agua. Quizá alguna sirena te haga rehén. Ojalá. Salú.

Xi dijo...

Qué buena narración. Me acordé de muchas cosas: la primera, de un poema muuuuy antiguo de Sully Prudhomme, en el que un hijo saca el corazón a su madre por irse con una mujer (algo muy edípico), y que luego Caetano Veloso transformó en esa maravillosa canción "coraçao materno". Me acordé de los indígenas que creían que comerse el corazón del adversario les daba valor. Me acordé de los golpes que a uno realmente le hacen sentir que se ha quedado con un hueco en el pecho.

Pero ¿te buscaste bien? A lo mejor quedó un trocito de corazón, un ventrículo, un cachito de aurícula huérfana. Si un corazón es como una estrella de mar, de ese fragmento, nacerá uno nuevo.

Un abrazote.

principio de incertidumbre dijo...

"Me miro pero estoy igual, nada parece haber cambiado en mí, mas me siento hueco."

Sí, tenga cuidado con las pelusas, entre tanta huecura.
Y le faltó un acento, en "más".
Eso, nada más.

Explorando dijo...

gon : ¿como no lo voy a entender? fui un asco jugando a ese juego... pero lo intente, juro que lo intenté.

Psicosputnik: habia olvidado esa canción de Pinocho. De chico me encantaba. Gradias x el recuerdo.

Ligustrino Campana: sabe, a mi me encanta "La sirenita" cantando con Sebastián "Bajo el mar". Que buenos momentos tiene la vida!

Xime: Me gustaría leer ese poema, ¿no recuerda su nombre?

Pdi: No falto ningún acento. "Mas" allí se puede intercambiar con "pero". No entiendo demasiado de gramáticas, pero "mas" es difernete de "más"

principio de incertidumbre dijo...

Es verdad, no lo había notado. Igual siempre te comés acentos.

Explorando dijo...

PdI: ...se agradece siempre su ayuda...

...pero no escribo con taaanto errores...

:$