No son olas. En la noche
nuestros brazos se alargan y nos aprietan,
vienen y van, se enredan fuerte
para que en el sueño
viajemos juntos.
Pero en la mañana el reloj me despierta
y me levanto sin hacer ruido. Mis brazos
todavía te acarician. Vos tenés los ojos cerrados. El sol
empuja las persianas y quiere abrirlas.
Me visto apurado y sin mirarte, el brillo
de tu cuerpo me llama desnudo
desde la cama . Voy a trabajar.
Mis dedos extrañan tu calor.
Lloran.
2 comentarios:
yo lloro ahora.
Y sí te amo.
Yo también tengo una mochila tan linda y te espera un abrazo.
:)
q lindo poema felicitaciones
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